La tecnología tiene que ser sexy

Intermoda.net
8 de noviembre de 2007.

España.

Ésta ha sido una de las conclusiones del encuentro Smart Textiles Show, que se ha celebrado hoy en el World Trade Center de Barcelona, y que ha reunido a expertos y a empresas que ya están comercializando productos.

El creativo publicitario y experto en innovación de producto, Quim Calvo, ha abierto la jornada, organizada por la Agrupación Española de Género de Punto (AEGP) y el centro tecnológico Cetemmsa, con un mensaje claro: “La tecnología por sí sola no es sexy para el consumidor final. Hay que tener siempre en cuenta el factor emocional”. Como ejemplo, el omnipresente iPod, un reproductor de mp3, cuya tecnología ya existía antes de aparecer en el mercado, pero que lo ha revolucionado con un diseño atractivo y una campaña de márketing espectacular.

Otras de sus conclusiones son que los desarrollos deben responder a necesidades reales de los consumidores y que, dado su mayor coste de producción, se sitúan en la gama media-alta en volúmenes cortos. A sus premisas han respondido las responsables de la empresa austriaca Urban Tool, Anja Herwig y Sabrina Tanner, que han explicado que los productos inteligentes que se desarrollen deben ser de uso fácil e intuitivo y deben responder a demandas reales de los consumidores.

Urban Tool está especializada en ropa y accesorios con aplicaciones inteligentes, que pueden ir desde grados muy elementales, como un chaleco ergonómico con varios bolsillos para practicar deporte, a otros niveles más sofisticados, como una camiseta con botones textiles para el control del iPod o una almohada para hablar por el móvil.

Sabrina Tanner ha indicado que, a la hora de desarrollar nuevos productos, tienen en cuenta que un tercio de la población no entiende la tecnología y que tres cuartos piden asesoramiento sobre ella a familiares y amigos. En este aspecto ha subrayado que el mercado no pide grandes innovaciones difíciles de asimilar (no las entiende no las utiliza) y que además las quiere atractivas, emocionantes, sexys.

En cuanto a la producción, han explicado que, si bien empezaron fabricando en Austria, los costes les hicieron desistir y probar suerte en la Europa del Este, que acabaron por abandonar para terminar produciendo en China. Y, sobre la distribución, acusan el difícil acceso a la tienda multimarca por su carácter tradicional y subrayan Internet como principal soporte para la promoción, difusión y distribución de su producto.

Aplicaciones funcionales

Entre los ponentes, el responsable de la Agencia Espacial Europea, Frank Salzgeber, quien ha apuntado que “innovar no significa inventar algo, sino reinventar algo existente”, darle una nueva orientación, buscar nuevos significados, nuevas aplicaciones. Ha explicado que la investigación espacial ha dado como resultado innovaciones como el velcro, cascos ultra ligeros, materiales de cambio de fase con micro encapsulados, prendas para ayudar en la rehabilitación e incremento de masa muscular, etc.

El principal problema que, según Salzgeber, se encuentran a la hora de desarrollar estos nuevos productos es la dificultad en encontrar el partner adecuado. “Tenemos ideas pero no sabemos quién puede producirlas. No existe vínculo entre técnicos y fabricantes y esto es clave”.

De ideas ha dado unas cuantas Pau Vidal, del centro tecnológico textil Cetemmsa. Ha desgranado las diferentes líneas de investigación que llevan a cabo y que abarcan todo el abanico de tejidos inteligentes, ya sea en base química (micro encapsulados, tejidos que reaccionan a la temperatura, etc.) y en base electrónica, es decir, tejidos conectores (fotovoltáicos, con sensores, lumínicos, etc.)

Se trata de tecnología que ya existe en el mercado y el objetivo es integrarla en la prenda en busca de nuevas funciones, de nuevos usos o de nuevas maneras de usarla. El único problema que ofrecen los materiales textiles con base electrónica es que precisan de una batería para generar la energía necesaria. De todos modos, cada vez es más habitual encontrar en el mercado chaquetas con botones textiles para el control del mp3 o incluso bolsos con placas fotovoltáicas maleables para cargar el móvil o el ordenador portátil.

Ejemplos

"La prenda inteligente tiene que ser comercial y rentable”, ha sentenciado Carmen Guillén de Adidas, quien ha subrayado que su objetivo es “proporcionar al deportista una prenda que le ayude a rendir más”. En este sentido han desarrollado una línea de camisetas, en el mercado desde hace año y medio, traspirable, antibacteriana, antiolor y antiestática, a la que ahora suman el concepto de entrenamiento global, que consiste en un sensor, aplicado a la prenda y conectado a un reloj, que mide el ritmo cardíaco y permite llevar un control de la carrera.

Christian Stammel de Navispace, fabricante de materiales textiles calefactores y paneles solares flexibles, ha ido más allá y ha hablado de la integración textil completa de los componentes: “la innovación no es una camiseta con un bolsillo para poner el iPod”, ha manifestado. Entre sus últimos desarrollos, un tejido que da calor y que puede aplicarse en las entretelas, un bolso con panel solar para cargar el móvil y, en proyecto, una bolsa para cargar el portátil.

En el campo de la hilatura, Novonic, que proviene de la producción de fibra elástica, ha desarrollado una que es conductora de electricidad, aplicable a todo tipo de ropa, a asientos de coche, etc. También ha ideado un tejido protector de radiaciones del móvil, cuyo efecto es similar al que podría hacer un muro de hormigón de dos metros de grosor. Y tiene en proyecto un tejido que da calor con todas las conexiones textiles, excepto la batería.

Y como ejemplo inverso, el de una empresa de tecnología que quiere aplicar su conocimiento al textil, encontramos a Philips, que tiene entre manos la iniciativa de prendas luminiscentes, que desarrolla con el gabinete creativo holandés Boost Products. Por el momento, presentan camisetas con mensajes lumínicos, como ejemplo de fusión de la emoción y la función, con aplicaciones publicitarias o de señalización.

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