Infobaepreofesional.com
27 de septiembre de 2007,
Juan Diego Wasilevsky.
27 de septiembre de 2007,
Juan Diego Wasilevsky.
Argentina.
En un contexto de fuertes controles a las importaciones, un relevamiento de UPS mostró que el 33% de las Pyme locales ve en China a un competidor desleal. Sin embargo, en México este temor se duplica. Y al evaluar la pérdida de oportunidades por el "factor China" la diferencia es de casi el tripleEn un contexto donde el Gobierno se hizo eco de los reclamos de los industriales argentinos, quienes sobre todo de los sectores más sensibles del sistema productivo venían bregando por una mayor protección ante el aumento de los flujos de productos importados procedentes de Asia, un relevamiento privado muestra que los temores de las pequeñas y medianas empresas hacia el gigante asiático en particular está entre los más bajos de la región.

Esta es una de las conclusiones a las que llega el Latin America Business Monitor (LABM), el estudio de UPS que, desde el año pasado, plasma los pronósticos que los altos ejecutivos de las pequeñas y medianas empresas de la región hacen para sus propias firmas y para la economía en general.
La encuesta, realizada por TNS Gallup, recopiló las opiniones de 580 líderes empresariales de Pyme reconocidas de América Latina entre junio y julio de 2007. De ese universo, Argentina, Costa Rica y República Dominicana participaron con 100 empresas cada uno; en tanto que Brasil y México aportaron 140 firmas respectivamente. El 60% de las empresas encuestadas son exportadoras.
En el capítulo "Comercio global e influencia extranjera en la región", uno de los principales tópicos correspondió al papel de China. Consultados sobre el impacto de este país en los negocios latinoamericanos, con opción a respuestas múltiples, los tres posibles efectos negativos concentraron la mayoría de las respuestas.
Al analizar los resultados de manera desagregada se observa que la opción que más respuestas concentró fue la que señala a China como un competidor desleal, con el 53%. Le siguió la que se refiere al gigante asiático como un competidor que deja menos oportunidades para las Pyme locales, con un 6% y, por último, la que señala a este país como responsable del aumento del precio de las materias primas (5%).
Sin embargo, es de destacar que, en el caso de la muestra realizada en la Argentina, esta proporción que ve efectos negativos en China cae muy por debajo de México y de Brasil:
* En el punto que se refiere a la "competencia desleal", el 33% de las Pyme argentinas que se sienten amenazadas contrasta con el 45% de las brasileñas y el 67% de las mexicanas.
* China como sinónimo de "menos oportunidades" acapara a un 6% de empresas argentinas. Este número crece al 14% en el caso de Brasil y al 17% en el de México. Costa Rica y República Dominicana aquí también marcan diferencias, con el 9% y 14%, respectivamente.
* Por último, en lo que respecta a la influencia del gigante asiático en el aumento de precios de materias primas, la percepción de amenaza en la región, salvo en el caso de Brasil, supera ampliamente a la que se tiene desde la Argentina.
Pyme reticentes a la estrategia
Desde Venezuela, el economista Julián Suárez Migliozzi, especialista en Pyme latinoamericanas, explicó a infobaeprofesional.com que el dato no es sorpresivo “pues gran parte de las exportaciones Argentinas, particularmente de las Pyme, se concentra en el Mercosur ampliado, o bien son de origen primario, sin tanto valor agregado; más allá de que es justamente el sector Pyme el que mayor valor agregado incorpora a sus productos”.
“De todas maneras, en el largo plazo y de consolidarse un modelo de crecimiento exportador, claramente habrá que sincerarse y evaluar en qué tipo de productos Argentina cuenta con ventajas comparativas y especializarnos en explotar las mismas”, agregó Suárez Migliozzi.
Para Suárez Migliozzi, “las Pyme latinoamericanas enfrentan barreras que son comunes a las de gran parte de los países del mundo, financiamiento, información asimétrica, carga tributaria o recursos humanos capacitados, pero se agrega el hecho de que, en muchos casos por la experiencia reciente de muchas de nuestras economías, aún son reticentes a pensar estratégicamente, con un horizonte de algunos años por delante, esto es, a dar el salto en calidad y volumen que implica internacionalizarse”.
“Es más bien una cuestión cultural, de empresa familiar que a duras penas ha sobrevivido las numerosas crisis de nuestros países, que impone un freno natural a animarse a explorar si quiera la posibilidad de acoplarse a una cadena de valor global y así exportar al menos en forma indirecta”, según el especialista.
La situación en la Argentina
Los sectores clave que lograron obtener protección al gobierno frente al avance chino en particular y asiático en general fueron los fabricantes de juguetes, calzado, papel, bicicletas, artículos para el hogar, neumáticos, motos, pulóveres y marroquinería de plástico y textil, mediante la aplicación de licencias no automáticas.
Luego del 17 de agosto, el sector público apoyó al sector privado en diversos congresos y seminarios que se dieron a conocer genéricamente como “foros anti china”.
El ministro de Economía, Miguel Peirano, asistió a un congreso que reunió, a fines de agosto, a todas las cámaras empresarias de la región. El objetivo fue denunciar que los bajos costos chinos son sinónimo de explotación laboral.
Por su parte, el titular de la Dirección General de Aduanas, Ricardo Echegaray, participó de la Tercera Convención de la Agro Industria Textil, de Indumentaria y Diseño Argentino, organizada por la Fundación Pro Tejer en el centro de convenciones de La Rural.
Allí, el titular de Aduanas, defendió el rol de la Aduana como “aliada” de la industria.
A la hora de analizar los números, las importaciones de origen chino acumulan, hasta agosto de este año, u$s3.012 M, lo que implicó un crecimiento del 62% respecto del mismo período de 2006. Se trata de la máxima variación entre las principales zonas económicas y países proveedores de la Argentina.
En este contexto, según proyecciones de la consultora Abeceb antes de las restricciones, el rojo esperado sería de u$s847 millones, el mayor valor histórico en contra de la Argentina. En este sentido, habrá que evaluar aún cómo impactarán las medidas del Gobierno, efecto que se podrá ver en toda su magnitud recién a fines de octubre, cuando el INDEC de a conocer los datos de septiembre.
La situación en México
Ahora, ¿por qué pega de manera mucho más marcada la presencia de China en las Pyme del resto de la región?
Para el caso de México, por ejemplo, es una economía altamente dependiente del NAFTA, especialmente de Estados Unidos. Hasta el año 2000, las exportaciones de China y México hacia Estados Unidos mostraban tasas de crecimiento similares.
Sin embargo, a partir de allí y en un período de dos años, el gigante asiático se convirtió en claro dominante, ya que mientras las exportaciones mexicanas crecían a tasas cada vez menores, las ventas externas chinas se disparaban en sentido diametralmente opuesto.
En este sentido, cinco países asiáticos -con China a la cabeza- doblegaron a la industria textilera de México, desde que Estados Unidos eliminó en el 2005 un sistema que restringía las cantidades de importación de productos de ese sector.
Ubicado en el segundo lugar posición entre los mayores exportadores de indumentaria al mercado de los EEUU, México tuvo una pérdida de participación de 9,1% en el 2004, antes de que entraran en vigor esos cambios, a 6,3% en el periodo de enero a julio del 2007.
En contraste, China incrementó su participación de 20.3 a 32.8%, comparando los mismos periodos.
En el caso de la industria siderúrgica, la industria mexicana cayó del 24,9% al 22,8%. Como contrapartida, China pasó del 5,9% al 9,3%.
La situación en Brasil
En el caso del mercado brasileño, durante los primeros seis meses del año, China desplazó a la Argentina como segundo proveedor. Las importaciones brasileñas provenientes del gigante asiático aumentaron casi un 50% en el primer semestre del año comparadas con el mismo período del año pasado.
Este fenómeno podría repetirse en la Argentina, tal como explicó Rodrigo Tavares Maciel, secretario ejecutivo del Consejo Empresarial Brasil-China, durante el Día de la Exportación, organizado por la Cámara de Exportadores, para quien Brasil podría perder posiciones frente a las compañias chinas a la hora de ingresar a la Argentina.
Sin embargo, esto podría ocurrir, de mantenerse la tendencia, recién en tres años, lo que muestra que el temor entre el empresariado de Brasil está instalado mucho tiempo antes que entre en el argentino, que viene de un reciente “veranito”, producto de la devaluación de 2002 que desplomó las importaciones a niveles ínfimos.
Según un informe presentado este mes por el Observatorio China, del Instituto de Estrategia Internacional (IEI) de la Cámara de Exportadores, “las Pyme brasileñas que compiten con las importaciones chinas recibirán un tratamiento especial por parte del Ministerio de Desarrollo de Brasil, que creó un programa especial para informar a los empresarios sobre cómo solicitar medidas de defensa comercial contra la competencia importada”.
Según el IEI, el ministerio decidió orientar a los empresarios después de constatar que hubo un cambio en el perfil de las empresas que han recurrido al gobierno para pedir medidas contra las importaciones provenientes de China acusadas de dumping.
“Anteriormente, la mayor parte de las acciones anti-dumping contra los chinos partía principalmente de grandes empresas en sectores de materias primas y bienes intermedios. En los últimos tres años, las solicitudes se concentran en bienes de consumo de Pyme”, explica el informe.
De este modo, de las 23 investigaciones en curso en el Departamento de Defensa Comercial, 13 tienen como objetivo productos chinos. El listado se conforma por cepillos, altoparlantes, piezas para bicicletas, anteojos de sol y productos de decoración, entre otros.
Por último, este año el Ministerio ya había acelerado el trámite de los procesos contra los importados acusados de dumping: el mismo debe ser concluido, como máximo, en 120 días, en lugar de un año como antes.
Según Migliozzi, “la realidad de la globalización, más allá de lo superlativo de las economías asiáticas, obliga a debatir y consensuar las políticas de crecimiento exportador, identificando en qué somos mejores comparativamente y abocarnos a explotar estas virtudes”.
“Difícilmente sea sostenible en el largo plazo subsidiar algunos sectores en clara desventaja competitiva, pero sí podría pensarse en una política de reconversión de estos sectores hacia aquellos en que, insisto, somos comparativamente mejores”, sostuvo.
“Es difícil para un empresario Pyme que ha tenido que navegar en numerosas tormentas pensar en alejarse de la costa más allá de lo conocido, pero claramente el mar adentro ofrece innumerables oportunidades de buena pesca”, concluyó.
Comentar esta Noticia...






0 Comentarios:
Publicar un comentario