Geox y el milagro de los zapatos que pueden respirar.

- jueves, 7 de junio de 2007 -

Elmundo.es,

Mario Moretti Polegato ha conseguido crear todo un imperio a partir de los zapatos transpirables que él mismo ideó hace 11 años y que hoy se venden en 68 países. Desde la salida a Bolsa de la compañía, hace casi tres años, sus acciones han subido un 190%.
Irene Hdez. Velasco / Montebelluna (Treviso).

Un día hace 16 años, mientras daba un paseo por las Montañas Rocosas de Estados Unidos, un exitoso empresario de vinos de la región italiana del Véneto decidió que no podía soportar más el calor asfixiante que sentía en sus sufridos pies, encarcelados en la exigua y sofocante prisión de unos calzados con la suela de goma. Sin pensárselo dos veces, sacó una navaja de su bolsillo y realizó dos cortes limpios en la tapa de sus zapatos. Sintió un alivio inmediato y se prometió que a su regreso a Italia se pondría manos a la obra y no se detendría hasta averiguar qué se podía hacer para evitar que los zapatos con suela de goma, utilizados por el 90% de la humanidad, dejaran de ser un horno asfixiante.


Ya de vuelta en Italia, se encerró en el taller de una pequeña empresa zapatera de la zona de Montebelluna, consultó libros especializados, habló con investigadores universitarios y... ¡eureka! Guiándose sobre todo por su intuición, creó unos zapatos con la suela de goma perforada y dotados de una pequeña membrana impermeable que, aunque impedían la entrada de agua al interior, permitían sin embargo que la transpiración producida por los pies fuera expulsada al exterior. Todo ello, basándose en un sencillo principio físico: las gotas de sudor son 15 veces más pequeñas que las del agua.

Como el de la zapatería era un campo absolutamente desconocido para él, aquel vinicultor de tercera generación trató de vender su idea a una empresa de calzado. Dedicó tres años a visitar a todos los grandes del sector, incluida la española Kelme, ofreciéndoles su descubrimiento. Pero nadie se interesó por ellos. «Y yo quería a toda costa ver mi invento hecho realidad, así que decidí echarle valor y ponerme yo mismo a fabricar aquel nuevo tipo de zapatos», explica Mario Moretti Polegato.

Negocio familiar

Desde luego, fue una auténtica suerte para él dejar el negocio vinícola familiar en manos de su hermano menor y meterse de lleno a hacer de zapatero: Geox, la compañía que fundó hace once años, es hoy una empresa con 30.000 empleados en todo el mundo, 500 tiendas propias, una capitalización de 3.500 millones de euros, que el año pasado vendió 16 millones de pares de zapatos en 68 países y que facturó 612,3 millones de euros. Un éxito colosal al que no permanece ajena España, donde el año pasado se vendieron 1,9 millones de zapatos Geox por un valor total de 65,6 millones de euros, y donde en 2007 se calcula que se alcanzarán unas ventas de 2,5 millones de pares.

La compañía fundada por Mario Moretti Polegato ya es líder en nuestro país en lo que a zapatos de ciudad se refiere y cuenta en toda la Península Ibérica con 35 tiendas propias (sólo en Madrid dispone de siete y en Barcelona de cinco), a las que se añaden 1.500 puntos de venta.

«Mis amigos estadounidenses me dicen que he hecho realidad en Italia el sueño americano», afirma Moretti Polegato con un toque burlón... pero sacando pecho. Y lo cierto es que no le faltan motivos para estar orgulloso: ha levantado de la nada un imperio que, además, crece a un vertiginoso ritmo medio anual del 35%. Aunque en España, por ejemplo, Geox creció el año pasado un 62%. «Somos la compañía del mundo que más crece y la que registra la más alta productividad», destaca este empresario/inventor/visionario de 55 años mientras se ajusta sus coquetas gafas bicolores, diseñadas también por él mismo. «Y las posibilidades de crecimiento que nos aguardan son inmensas. El 90% de la humanidad utiliza zapatos con la suela de goma y es normal pensar que algún día toda esa gente acabará llevando nuestros zapatos. Dentro de algunos años nuestra compañía será líder en todos los mercados y será una de las firmas más importantes del mundo», pronostica Moretti Polegato.

¿El desvarío de un loco? Tal vez. Pero también es posible que el fundador, y máximo accionista de Geox (posee el 71% del capital) tenga razón. Al fin y al cabo, esta firma italiana no sólo cuenta desde su nacimiento en 1996 con clientes tan dispares e ilustres como Angelina Jolie, miembros de la Familia Real española, el Papa Benedicto XVI o Paul McCartney, sino que desde que hace dos años y seis meses comenzara a cotizar en Bolsa sus acciones han subido un 190%. Y el fenómeno no deja de expandirse. Porque, además de los zapatos que respiran, Geox comenzó a fabricar hace tres años una línea de ropa deportiva que se inspira en el mismo principio que sus calzados (es impermeable pero facilita la expulsión del sudor) y de la que ya en Italia se han vendido dos millones de prendas. «Y eso que estamos empezando. Ahora mismo el 95% de nuestra facturación corresponde a los zapatos y el 5% a la ropa, pero en un futuro no muy lejano esperamos llegar a un 50-50%», explica.

La clave del éxito de Geox es sencilla y no se limita a haber revolucionado con una innovadora membrana impermeable pero transpirable el tecnológicamente inamovible mundo de la zapatería. Además, y lejos de oler a ortopedia, sus zapatos derrochan creatividad y diseño. «Hemos unido la tecnología a la moda», confiesa el presidente de la firma. «Aunque para nosotros la tecnología va antes que la moda y, de hecho, en todo el mundo nuestra publicidad (Geox destina el 10% de sus ingresos a márketing y comunicación) primero mostramos nuestra ya famosa suela perforada que permite que el pie respire y luego el producto».

Geox se apoya tanto en la tecnología que el 3% de sus ingresos los destina a investigación. Aparte de la membrana transpirable que la ha hecho famosa, la compañía ya tiene patentadas 35 nuevas tecnologías relacionadas con los zapatos que aún no han sido industrializadas.

UN LABORATORIO CON 'ZAPATOMETROS'

Geox fabrica sus zapatos en 28 países. Pero su cuartel general se encuentra en Montebelluna, una localidad cercana a Treviso y situada en el corazón del noreste de Italia, en una zona que registra la más alta concentración de empresas de todo el país y donde tienen su sede gigantes de la moda como Benetton, Luxottica o Diésel.

Aquí, en Montebelluna, se encuentra el gigantesco taller en el que se realizan los prototipos y los modelos piloto de todos los calzados Geox. Y, sobre todo, se encuentran los sofisticados laboratorios en los que se ensayan nuevas tecnologías aplicables a los zapatos y prendas que comercializa esta firma.

«Esta máquina, por ejemplo, se ocupa de ejercer sobre una suela una presión constante durante 30.0000 intervalos. Nos sirve para averiguar si la goma utilizada para la suela es lo bastante resistente», explica Cristian, uno de los 15 investigadores que trabajan en este centro de experimentación. «Y este es un pie artificial con un sensor de temperatura y de humedades que recrea la producción de sudor y que nos permite comprobar si un zapato ventila o no lo suficiente», explica orgulloso. «Y aquel aparato dobla pieles y tejidos para comprobar su flexibilidad», añade.

Aunque la estrella indiscutible es el zapatómetro: un artilugio donde se prueban los nuevos prototipos y que reproduce fidedignamente el caminar de una persona.

Cada zapato, antes de comenzar a fabricarse, se prueba en está máquina 100.000 veces, el equivalente a una caminata de 200 kilómetros en varios tipos de superficie y, por supuesto, sobre suelos mojados.

Aquí también hay un laboratorio especial destinado a la línea de ropa deportiva que Geox comercializa. Al principio, y para comprobar si las prendas permitían la correcta liberación del sudor, se probaban sobre un voluntario que las llevaba puestas mientras corría sobre una cinta de gimnasio y transpiraba a raudales. Ahora, sin embargo, se ensayan sobre un maniquí que se mantiene a una temperatura de 37 grados (la de los seres humanos) y que gracias a un sistema de agua transpira de manera parecida a una persona.

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