Los brasileños ahora vienen por el cuero y la construcción (en Argentina)

- martes, 2 de octubre de 2007 -

Infobaeprofesional.com
2 de octubre de 2007.

Argentina.

Bom Retiro Limitada, de Brasil, y Finehide podrían unirse para quedarse con la curtiembre Yoma. Y el grupo Brascan evalúa construir viviendas en el país.

El juez Rubén Rejal, miembro de la Cámara Civil y Comercial que entiende en el proceso de liquidación de las plantas de la curtiembre que perteneció a la familia Yoma, en las localidades de Nonogasta (La Rioja) y en Avellaneda, aseguró que las empresas Bom Retiro Limitada, de Brasil, y la local Finehide, podrían formar una unión transitoria para presentar una oferta.


La justicia riojana ratificó ayer el proceso de liquidación de la empresa, cuya valuación fue fijada en unos $172 millones.

El proceso de liquidación de activos de la empresa tiene tres fechas clave. La primera subasta estará abierta hasta el lunes 5 de noviembre y si no existieran oferentes por una suma similar o mayor a los $172 millones, el jueves 8 la base se bajará al 65%. Si tampoco hay interesados, el martes 13 se reducirá al 35% del valor fijado por la Cámara.

Trabajan en la curtiembre 1.500 operarios, en su mayoría bajo ciclos de suspensión durante los cuales perciben subsidios de los gobiernos nacional y provincial, debido a la escasa producción de la compañía.

Si bien las interesadas no explicitaron en concreto la oferta por la curtiembre, el juez adelantó que de proceder la opción, “sólo se harían cargo de 700 empleados” del total que existe actualmente en la empresa. “El resto, debería ser absorbido por empresas a conformar para tercerizar parte de la producción‘, detalló Rejal.

Además, “la condición esencial que reclaman los empresarios para tomar la curtiembre es que la Nación les otorgue créditos de promoción industrial y que se concluya la obra de construcción de una planta de tratamiento de efluentes industriales y de potabilización del agua”, acotó el magistrado.

Viviendas en alza
Ya en el sector inmobiliario, el grupo Brascan está estudiando construir viviendas en la Argentina, según declaró a la agencia Bloomberg su presidente, Marcos Levy.

De concretarse esta intención, Brascan Residential Properties SA -controlada a su vez por la canadiense Brookfield Asset Management Inc., que tiene 60% de sus acciones; el resto flota en la Bolsa de San Pablo- se sumaría a Cyrela, el mayor constructor de Brasil, que hace algunas semanas anunció su asociación con la local IRSA para ese mismo propósito.

La decisión se tomaría, según Levy, en "el primer semestre del año próximo", y comenzar a construir dentro de dos años.

"El mercado en la Argentina es similar al mercado brasileño hace 10 años", aseguró.

"Queremos estar entre los primeros que desembarquen allí", agregó. Para eso parecerían haber llegado tarde: el número de desarrolladores locales e internacionales (chilenos, estadounidenses, brasileños) creció como hongos después de la lluvia, cuando los valores de los inmuebles recuperaron y hasta superaron en dólares sus valores previos a la crisis de 2001-2002.

En Brasil, Brascan anunció que este año iniciará obras de unidades habitacionales que requerirán inversiones por cerca de u$s 500 millones, contra obras por poco más de un tercio de esa cifra encaradas durante 2006.

Expansión
El interés de las compañías brasileñas por quedarse con la curtiembre Yoma no hace más que revalidar la estrategia de expansión que las firmas de ese país parecen estar llevando a cabo en Argentina y el resto de América latina.

Por citar un ejemplo, el mes pasado la firma Marfrig cerró la compra de Quickfood, el fabricante de las hamburguesas Paty, y además confirmó que está en proceso de compra de cuatro empresas del sector cárnico en la Argentina y Uruguay.

Las adquisiciones en el ámbito de la carne llevaron a que, actualmente, la mitad de la cuota Hilton (de exportación a la Unión Europea) asignada a la Argentina ya esté en manos de empresas extranjeras. (Ver: Los brasileños vienen por otros dos frigoríficos argentinos)

Otro sector en el que los brasileños juegan fuerte es en el textil. Muestra de ello es que en agosto el gigante textil Grendene concretó su desembarco en la Argentina con la compra del polo textil de la ex Gatic ubicado en Coronel Suárez y Las Flores.

Grendene tiene la licencia de la marca Reebok para la región, con la cual aspira a transformar a Coronel Suárez en el principal centro de producción de calzado deportivo: le aseguraron al presidente Kirchner que en diciembre habrán triplicado el ritmo de producción de esa planta, hasta llegar a 12.000 pares por día y 2.300 nuevos puestos de trabajo.

Vida cotidiana
Las estaciones de servicio Petrobrás, la cerveza Quilmes, la Pepsi y las sábanas Arco Iris son elementos de la vida cotidiana que tienen en común que son controlados por capitales de origen brasileño.

Del mismo modo, marcas incorporadas por décadas como las zapatillas Topper y la tela de Alpargatas con la que se confeccionan casi todos los jeans van en camino de ser también adquiridas por un grupo brasileño, Camargo Correa, el mismo que ya es dueño del cemento Loma Negra.

También son brasileños quienes producen las varas de acero de Acindar, que sostienen el hormigón de todos los edificios de la ciudad. (Ver: Brasil sigue invadiendo a Latinoamérica de empresas)

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