El calzado de China inunda los mercados

- lunes, 16 de abril de 2007 -

Diario de Yucatán,
15 de abril de 2007.

  • Hecho con mano de obra barata, supera a sus competidores

PEKIN (France Presse).— Como buena parte de la mano de obra barata obliga a cerrar fábricas en España, Italia y Brasil, Lei abandonó su provincia natal para trabajar en la industria del calzado de Wenzhou, al sureste de China, por un sueldo de 100 euros (un euro=1.34 dólares) al mes, lo que no le permitirá ir a ver a su hijo en los próximos dos años.

“No veremos a nuestro hijo en dos años”, explica Lei, originario de la provincia de Sichuan, que decidió trasladarse junto a su mujer a Wenzhou, capital del calzado chino, para trabajar en una de las 4,000 fábricas en la localidad.

Además de estar lejos de su familia, las condiciones que soporta Lei son extremadamente duras: vive, con otros tres empleados, en una habitación de unos 10 metros cuadrados que la empresa le alquila, y trabaja hasta 14 horas diarias. “Hay más posibilidades aquí que en Sichuan”, dice este hombre de rostro marcado y que aparenta mayor edad de la que tiene, 27 años.

Wenzhou es la ciudad-factoría del calzado chino que inunda los mercados europeos.

Jornadas eternas Los obreros trabajan jornadas eternas por menos de 150 euros y permiten a los empresarios tener costos de producción casi de ficción: fabricar un zapato de cuero en Wenzhou cuesta entre uno y tres euros.

Con estos costos, las empresas europeas, como Geox, prefieren trasladar su producción a China o colaborar con compañías locales. Aunque el zapato fabricado en Europa o Latinoamérica es de mayor calidad, su precio no puede competir con el chino.

Ante las críticas, las empresas del gigante asiático, que fabrican más del 50% del calzado mundial, reaccionan sin titubeos.

Aokang Group es el líder chino del calzado. Tiene una producción anual de 10 millones de pares y colabora estrechamente con empresas como Geox.

“Trabajamos rápido. Las empresas en Europa son muy pequeñas. Nuestra productividad es muy alta respecto a Europa, y eso hace que los precios sean tan bajos”, explica el portavoz de Aokang, Zhou.

“Hoy todo el mundo se copia. Vivimos en un mundo de mercado abierto y globalización. Europa tiene que hacer calidad, innovar. A nosotros nos toca la producción en grandes cantidades”, explica.

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