Elmercurio.com,
1 de julio de 2007,
Danilo Bustamante Rocha.
1 de julio de 2007,
Danilo Bustamante Rocha.
Chile.
- Cómo enfrentan los productores nacionales las importaciones chinas.
- El futuro del sector se basaría en las exportaciones y en la focalización en nichos de negocios.
En 2006, las importaciones textiles superaron los US$ 1.500 millones, cifra preocupante para la industria nacional si se considera que el 56,5% correspondió a productos chinos, de los cuales un 90,4% fueron confecciones. Ingresaron al país con valores promedio de US$ 5 por kilo, precio contra el cual las empresas chilenas no pueden competir.
Pese a que intentaron en varios períodos corregir esas distorsiones, hoy el sector está enfocado en reacomodarse.
Mario García, presidente del Instituto Textil de Chile (Intech), afirma que el futuro de su gremio pasa por las exportaciones y la focalización en nichos de negocios. "No podemos competir contra productos subvaluados y subfacturados como los chinos; pero nos dimos cuenta de que la calidad de nuestros productos es reconocida en el exterior y que son competitivos por los resguardos de los otros países contra las importaciones asiáticas", declara el líder textil. Aunque el máximo histórico de los envíos se alcanzó en 1997 -con US$ 208 millones-, la crisis asiática redujo estas cifras. Hoy el sector retoma lentamente esos niveles, llegando el año pasado a exportaciones por US$ 179 millones.
Voluntad política
En el ámbito local, la industria se ha centrado en tres nichos de comercialización: productos de alto valor, uniformes industriales y uniformes de instituciones y colegios. Por calidad de producto, por lo específico de los materiales y por volumen de comercio, respectivamente, en ninguna de esas tres áreas los productos asiáticos son una competencia. Pese a que el gremio textil -a diferencia de otros, como el calzado, que quedó reducido a 5 o 6 empresas- ha encontrado el camino de supervivencia ante el gigante chino, no olvidan lo que consideran una "nula voluntad política" para corregir las distorsiones.
Durante la negociación del TLC con China, lo único que consiguieron fue dejar fuera del acuerdo una serie de productos -calcetines, confecciones en lana y algunos polyester-, los cuales ingresan pagando el 6% del arancel general del país. Una medida que no los satisface si se compara con los US$ 30 por kilo de salvaguardia de Perú o el 530% de derechos compensatorios en México.
"No pedíamos protección, sino compensación; lo que conseguimos fue nada en comparación con otros países, pero ya no insistiremos. No hay voluntad política para corregir las distorsiones", asegura García, quien reprocha a la Comisión Nacional Antidistorsiones que haya zanjado sus peticiones en base a la opinión de dos miembros del Banco Central y su preocupación por el IPC sin considerar que el sector por cada US$ 10 mil de inversión genera 5 empleos.
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