Cambiodemichoacan.com.mx,
30 de mayo de 2007,
José María Carmona.
30 de mayo de 2007,
José María Carmona.
La actividad económica del país viene a pique a pesar de las proyecciones de algunos organismos internacionales que el crecimiento será de 3.4 por ciento al finalizar el presente año, por lo pronto los resultados para el primer trimestre del año, en relación al crecimiento del Producto Interno Bruto observan una tendencia decreciente durante el primer trimestre de 2007, que tan sólo aumentó en 2.6 por ciento, indicador inferior en más de 50 por ciento con relación al mismo periodo del año pasado.
De manera desagregada el crecimiento del PIB para el primer trimestre del año observa una desaceleración, así pues la actividad agropecuaria únicamente creció en 0.2 por ciento, mientras que el sector industrial lo hizo en 0.6 por ciento y tan sólo los servicios observaron un crecimiento de 3.7 por ciento, si se comparan estas cifras con el mismo periodo del año pasado el decrecimiento económico es considerable en el primer trimestre de 2006, la actividad agropecuaria creció en 2.7 por ciento, la industrial lo hizo en 7.1 por ciento, los servicios en 5.4 por ciento.
Así se puede observar que el crecimiento en el primer trimestre de la actividad agropecuaria ha sido nulo, semejante crecimiento presenta el sector industrial mientras que todo el sector servicios conserva hasta cierto punto un dinamismo.
Dentro del sector industrial, sólo la actividad de la construcción en el primer trimestre ha tenido un crecimiento de 2.0 por ciento, mientras que la electricidad, gas y agua es la actividad industrial más dinámica con un crecimiento del 5.3 por ciento.
En cuanto al comportamiento al interior del sector servicios, el comercio, restaurantes y hoteles tiene una caída vertical ya que tan sólo en los primeros tres meses del año creció el 1.6 por ciento, mientras que el año pasado para el mismo periodo fue de 5.1 por ciento.
El crecimiento de los servicios se explica a su vez por el comportamiento positivo en su tasa de crecimiento del transporte, almacenaje y comunicaciones y los servicios financieros, seguros, actividades mobiliarias de alquiler con un crecimiento del 7.6 y 4.9 por ciento, respectivamente.
Por otra parte, la actividad industrial manufacturera también refleja la desaceleración para el segundo mes del año en curso, donde nuevamente los productos minerales no metálicos, exceptuando los derivados del petróleo y carbón, tuvieron un crecimiento del 3.8 por ciento en el mes de febrero, mientras que en enero fue de 6.6 por ciento, es decir, que de un mes a otro decreció en casi la mitad.
Las industrias metálicas básicas tienen un comportamiento positivo del 3.2 por ciento y manifiestan una recuperación de enero a febrero cuyo crecimiento fue nulo.
Los productos alimenticios, bebidas y tabaco también disminuyeron su ritmo de crecimiento ya que en el mes de enero de este año fue del 3.0 por ciento y para febrero tan sólo es de 1.8 por ciento.
La industria textil, prendas de vestir e industrias del cuero, durante los dos primeros meses del año mostraron una tendencia decreciente negativa pronunciándose en el mes de febrero a menos 4.1 por ciento.
Por su parte la industria del papel, productos de papel, imprentas y editoriales presentan una tendencia decreciente ya que en enero su crecimiento fue de 2.6 por ciento y en febrero sólo alcanzó el 0.4 por ciento.
La única actividad industrial que ha manifestado un crecimiento sostenido ha sido la de sustancias químicas, derivados del petróleo, productos de caucho y plástico con un leve decrecimiento, ya que en enero fue de 2.9 y en febrero de 2.2 por ciento, respectivamente.
Por todo lo anterior, se puede afirmar que la economía mexicana ha estado en un proceso de desaceleración, principalmente por la caída de la demanda externa y en particular por la recesión en el sector inmobiliario de los Estados Unidos que seguramente se prolongará durante los próximos meses, esta caída de la actividad tanto económica como productiva se refleja en el nivel de empleo que ya promedia el 4.5 por ciento en las áreas urbanas.
Así pues, una vez más queda de manifiesto la dependencia que tiene la economía mexicana del mercado estadounidense, todavía falta esperar más resultados en términos del crecimiento de las exportaciones y el comportamiento de la balanza comercial, ya acumula un déficit de dos mil 639 millones de dólares, es muy alto para un primer trimestre de año.
Ante esta situación negativa del comportamiento económico del país las autoridades encargadas de la materia no han tomado las medidas necesarias para revertir el proceso de esta dependencia de la economía mexicana con el exterior e instrumentar una política que estimule la demanda interna y amplíe el mercado interior para que el país pueda tener un crecimiento sostenido de mediano plazo, en pocas palabras el aparato productivo esta expuesto a las fuerzas del mercado, mientras la economía está a pique.
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